Pravia, antigua capital de los Paésicos, se encontraba en una posición geográfica estratégica por estar situada en un núcleo de antiguas vías romanas que le permitía una buena comunicación con el resto del territorio asturiano. La romanización del lugar contribuyó decisivamente al traslado de la corte a Pravia.
El templo fue concebido como iglesia palatina u oratorio real y con funciones de panteón real, y estaría enclavado en un lugar próximo al conjunto palaciego del rey, que en la actualidad no es posible identificar con exactitud la ubicación original de la residencia palaciega. A la muerte del rey Silo, en 774, la iglesia se convierte en residencia monástica a donde se retiraría la reina Adosinda siguiendo la tradición visigoda.
Hasta el siglo XVII, la iglesia permanece intacta, pero en ese momento Don Fernando de Salas consigue trasformarla removiendo los cimientos del ábside central y alterando su estructura primitiva. En1637 Don Fernando de Salas consigue finalmente al privilegio de tener enterramiento, lo cual conllevó la rotura y dispersión del conocido acróstico SILO PRINCEPS FECIT, lápida epigráfica fundacional de la iglesia; partiendo de la “S” central se puede leer la frase de distintas maneras: SILO PRINCEPS FECIT, se ha calculado que la frase puede llegar a leerse hasta 45.670 veces.
La iglesia tiene tres naves, siendo la central mucho más ancha, separadas por arcos y pilastras de silería, cuenta con nártexo vestíbulo a los pies abierto al exterior y que servía de panteón regio y con una pequeña tribuna de suelo de madera, en la actualidad modificada. Los arcos llevan aparejo mixto, sillarejo en los arranques y ladrillos en la parte central.
El crucero original, hoy desaparecido, tenía asimismo, tres naves de arcos que enlazaban con las arquerías de la nave central. El ábside, de forma semicircular peraltada en el interior, estaba protegido la exterior por muros de estructura cuadrangular. Las partes conservadas de los ventanales tenían arcos de herradura, al igual, probablemente que el ventanal triple del ábside con la inscripción dedicatoria.
De la decoración escultórica se conservan escasos restos. El mayor interés lo tienen las placas de cancel formadas por dos bloques rectangulares que presentan una decoración de motivos florales que recorre, en estrecha franja, uno de los laterales de la placa. La ornamentación está compuesta por la labra de tallos, entrelazados con flores y hojas, así como pequeñas ramas talladas en espiral, con técnica de bisel de limpia y esbelta ejecución .Adquiere especial interés un tablero de piedra caliza en la que se ha tallado, con igual técnica a bisel, un edificio de tres plantas. En la primera se abren dos puertas de acceso, mientras que en la zona central se han representado dos ventanas.. Se percibe la representación de hiladas de sillares perfectamente encuadrados en la línea con las técnicas visigodas.
Las piezas del altar y canceles halladas en el siglo XIX, son reproducciones de las originales que se encuentran en el Pito (Cudillero), están ricamente talladas con motivos de la tradición hispanovisigoda.
En las excavaciones de 1988 se encontraron restos de una necrópolis altomedieval en la sacristía norte.
El Baptisterio se encuentra en la nave lateral del lado derecho, tiene forma de piscina bautismal de tradición visigoda, y es el único que se conoce en las iglesias asturianas
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